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BOZZIO/LEVIN/STEVENS
Black Light Sindrome Un disco completamente instrumental e improvisado y realizado en solo cuatro días debido a las múltiples ocupaciones de sus miembros. Un proyecto fríamente ambiciosos del cual se pueden rescatar bastantes cosas pero sin llegar a ser un gran disco, quedando simplemente en un buen intento. Que recuerde no hay muchos discos improvisados que hayan sido del todo notoriamente espectaculares. Tres reconocidos músicos exploran en terrenos ya antes pisados por King Crimson, Ten Seconds, Brand X, Eric Johnson y otros grupos de jazz. Marcando la pauta Steve Stevens organiza una excursión con diversos jams guitarrísticos que van desde el uso de la guitarra acústica hasta los solos velocistas del guitarrista. Contando con la experiencia de Tony Levin, quien ya está acostumbrado a este tipo de menesteres, pero a diferencia de lo logrado con Crimson, este disco pocas veces llega a tener más de diez continuos minutos de buenos ratos, son solo destellos, solo tres cortes son rescatables. En el primer corte una serie de guitarras con un sentimiento muy profundo se empieza a transformar hasta convertirse en los conocidos mosaicos ya antes hechos por el gran Fripp. Al arribar al minuto nueve ya se respira el sabor a Crimson pero abruptamente se aparece una guitarra acústica flamenca que deforma todo lo logrado pues se pierden la orientación progresiva repentinamente. Si bien es cierto que en la improvisación y la espontaneidad todo es permitido, tambien es cierto que de no saber por la información que este disco esta hecho al vapor nadie sabría que están improvisando. Duende es una pieza básicamente flamenca donde Steve Stevens muestra sus dotes de excelente guitarrista de música flamenca (de la más ligera). Falling in Circles aquí nos reciben las guitarras a la Fripp, tal como en Sunday All Over the World, este es el mejor corte de todo el disco. Un cruce de estilo como Crimson con Eric Jhonson y aterrizando el hard rock. Un corte muy interesante y por demás intenso. Book of hours un corte que me recuerda al más conocido new age (Chiaroscoro, Shadowfax, y gran cantidad de músicos de la Winham Hill). El cuarto corte Black Light Symphony es de gran atracción, las largas pausas preparan una sorpresa, sin tener que irse al extremo de la velocidad, esta vez el señor Stevens se procupa por dar más imaginación que destreza y lo tiene a uno al pendiente, un buen corte. Chaos / Control es el último corte y presentan mayor dinamismo y la libertad que les había faltado ahora la recuperan. |